viernes, 20 de septiembre de 2013

DATOS SOBRE MIGRACIÓN DE LA MEDICINA CIENTÍFICA HACIA MEDICINAS ALTERNATIVAS O COMPLEMENTARIAS.
Ortìz Reyes Gina Masiel. 4hm1.

La medicina tradicional ha entrado en una nueva etapa de desarrollo en los países de América Latina. Con el impresionante incremento de la demanda de alternativas terapéuticas, ajenas en conceptos y prácticas al modelo científico biomédico, la medicina tradicional se encuentra ubicada hoy en un contexto en el que hace algunos años no existía. Prueba de ello, es el notable crecimiento de algunos de sus recursos en los países industrializados, así como los cambios ocurridos en la composición de la oferta de servicios terapéuticos, en las formas de entender la salud y la enfermedad, así como el uso combinado de muchas de estas formas terapéuticas. Sin embargo, pese a los logros obtenidos, parte de los esfuerzos referidos se han encontrado con obstáculos y limitaciones importantes.
Según una encuesta publicada en1993, al menosun 34% de los ciudadanos norteamericanos estaba utilizando algún tipo de terapia alternativa. Los pacientes visitaron durante 1990 425 millones de veces a terapeutas alternativos, 40 millones de veces más de lo que visitaron a sus médicos de atención primaria. Un seguimiento de esta encuesta, publicado en 1997, demostraba que esta cifra había aumentado hasta el 42% y el número de consultas a profesionales de las medicinas alternativas (629 millones de consultas en 1997) fue superior al de visitas al médico de cabecera. El dinero gastado por los estadounidenses en medicinas no oficiales y no cubiertas por los seguros médicos es similar al gastado en los servicios médicos oficiales y que tampoco son cubiertos por los seguros.
En el Reino Unido, alrededor de 12 millones de adultos consultaron a alguno de los practicantes de las seis disciplinas más importantes dentro de las medicinas no convencionales, con un promedio de 4,3 visitas al año en 1993. En 1997 esta cifra había ascendido hasta 15 millones. Un 20% de la población de este país ha utilizado medicinas alternativas en el último año según una encuesta realizada a una muestra representativa del conjunto de la nación. Los practicantes de medicinas alternativas (alrededor de 40.000) superan en número al de médicos generales (36.000 «general practitioners»).
Una publicación daba a conocer que el 52% de los alemanes prefiere acudir a un »medico naturista» que a un dermatólogo cuando tiene un problema cutáneo. En España, según datos del Ministerio de Hacienda, se llevan a cabo 300.000 consultas diarias por parte de personal no médico que trabaja bajo el epígrafe de profesiones parasanitarias. Este incremento en la utilización de las medicinas alternativas está teniendo lugar en casi todos los países occidentales. La tabla 1 muestra los resultados de diferentes encuestas realizadas en varios países occidentales. Entre un 7 y un 24% de la población de estos países había visitado a algún terapeuta alternativo en el último año y de un 20 a un 75% había utilizado algún tratamiento de esta índole.
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El recurso a medicinas complementarias está aún más difundido entre la población geriátrica, sobre todo en Japón, donde hasta un 74,3% de los mayores de 59 años son usuarios de medicinas complementarias, frente a un 61% de la población de raza blanca y un 47,2% de la de raza negra en los Estados Unidos de Norteamérica.
.En niños, la utilización de medicinas complementarias, según diferentes estudios, es de un 17,9-21%7,8, y llega hasta un 42-65%9,10 en niños con cáncer. En España, según datos del Ministerio de Hacienda, se llevan a cabo 300.000 consultas diarias por parte de personal no médico que trabaja bajo el epígrafe de profesiones parasanitarias no reconocidas salvo por dicho organismo. A tener en cuenta que este dato no incluye a los médicos que practican medicinas complementarias.
Un estudio publicado en 2001, efectuado en una ABS de Valladolid, encontraba que el 44,8% conocía alguna consulta de medicina alternativa y un 37% había acudido a algún curandero o sanador. El actual éxito de las medicinas complementarias alcanza a los propios médicos. Una encuesta realizada en 1994 en Washington, New Mexico e Israel, puso de manifiesto que un 60% de los médicos había recomendado a sus pacientes alguna terapia alternativa en el último año y un 38% lo había hecho en el último mes. Un 47% de estos médicos utilizaban ellos mismos algún tratamiento no convencional y un 23% había incorporado alguna de estas terapias en su práctica.

Para constatar el auge que, también en España, está alcanzando este tipo de medicinas basta ver su repercusión en los medios de comunicación. Además de constantes referencias en periódicos, emisoras de radio y cadenas de televisión, dos revistas de gran tirada de ámbito estatal, un suplemento dominical del diario «El País» 14, de agosto de 2001, y un número de la revista «Muy Interesante» 15, de noviembre de 2001, dedicaron su portada (fig. 1) y extensos artículos en sus páginas centrales a este asunto. La posición de los periodistas en relación con este tema suele ser equidistante entre las medicinas convencional y alternativa y, en general, abogan por un entendimiento mejor entre las dos por el bien de los pacientes. La revista «Muy Interesante» publica un artículo muy bien elaborado y documentado, con citas de las revistas médicas más prestigiosas como  Annals of Internal Medicine, pero he aquí la visión que ofrece de la Medicina Basada en la Evidencia: «Algunos médicos pretenden basar todos sus actos en pruebas clínicas contrastadas» o «la medicina basada en la evidencia ¿una quimera?», dando a entender que los médicos podemos estar cayendo en un exceso de cientificismo. Parece claro, por tanto, que la medicina alternativa no sólo está teniendo un éxito creciente entre la población general, sino también entre los medios de comunicación (tan importantes hoy en día), y que sería conveniente que los médicos convencionales realizáramos una cierta labor de pedagogía acerca de cuáles son las bases de nuestros conocimientos.


Otro dato interesante es un estudio de corte transversal que se realizó, en el que se incluyeron todos los niños de 4 a 17 años que concurrieron acompañados por un adulto responsable a la Central de Emergencias Pediátricas del Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA), durante el transcurso de las dos primeras semanas de octubre de 2006, de lunes a viernes, en los horarios de 9-12 h y de 14-18 h. La muestra se tomó en forma consecutiva y por conveniencia, previo consentimiento oral de los adultos acompañantes de los pacientes.
Los resultados fueron que el 84,5% conocía alguna medicina alternativa o complementaria y el 13% había consultado en esas prácticas en alguna oportunidad. La homeopatía fue la más conocida (76%) y la más consultada (8,8%).
El 96,7% de los niños que utilizaron una medicina alternativa o complementaria continuaron con el pediatra de cabecera, pero el 42% de los acompañantes no se lo comunicó.
Entre los que consultaron a medicinas alternativas, el 42% manifestó que le brindaron mayor tiempo en la consulta, habían mejorado los síntomas por los que consultaron en el 78,5% y habían dado respuesta al problema de salud en el 87%.
Bibliografía.
Cañedo Andalia, Rubén, et al. "De la medicina popular a la medicina basada en evidencia: estado de la investigación científica en el campo de la medicina tradicional." Acimed 11.5 (2003): 0-0.
MORENO, JOSÉ LUIS BALLVÉ. "¿ Quién utiliza las medicinas no convencionales y por qué?." Humanitas, Humanidades Médicas 1 (2003): 31-40.
Eymann, Alfredo, et al. "Utilización de medicina alternativa o complementaria en una población pediátrica de un hospital de comunidad." Archivos argentinos de pediatría 107.4 (2009): 321-328.


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