ESPECIALISTAS DE LA
MEDICINA TRADICIONAL Ò COMPLEMENTARIA.
Ortìz Reyes Gina Masiel. 4hm1
El
antropólogo de la salud, Peter Brown (1998), define etnomedicina como la medicina
propia de un grupo y de una cultura ya que los sistemas terapéuticos se
construyen de acuerdo con las características culturales de los grupos. Si
varían éstos, si varían las culturas, variarán también las maneras de entender
salud/ enfermedad, las formas de abordar los problemas y las propuestas de
soluciones. Así, desde la antigua cultura chamánica en Asia y América indígena,
siguiendo un hilo de conexión con los tiempos dentro de las tradiciones, se ha
llegado a las medicinas tradicionales. Cada sociedad, desde antiguo, ha
desarrollado sus propios sistemas, procedimientos y modos de curar. Eso es
etnomedicina. Nuestra sociedad occidental, según Peter Brown, es una más dentro
de las que se desarrollan en el planeta y, por tanto, su medicina, la denominada
medicina occidental, convencional, alopática, científica y tecnológica es el
resultado de la búsqueda de soluciones a los problemas de salud dentro de esta
cultura. Es una medicina más, por tanto, en palabras de Peter Brown: una
etnomedicina, como lo son la etnomedicina tradicional china, la etnomedicina
mapuche, la etnomedicina zapoteca, etc, etc, diferentes, auténticas y adaptadas
a las características de sus grupos, sus espacios naturales y sus culturas.
Como
ya lo indicara Barrera Vázquez (1963), nuestro conocimiento de la medicina
tradicional indígena procede de una gran variedad de fuentes. De la época colonial
tenemos l) remedios empíricos indígenas, escritos en maya, en varios de los
Libros de Chilam Balam y otros escritos en español, por ejemplo El Librodel
Judío, El Libro de medicinas muy seguro, etc; 2) relaciones escritas por
españoles, en su mayoríafrailes, que nos hablan de especialistas en el arte de curar
(Landa, Relaciones de Yucatán, Herrera y Tordesillas; y 3) vocabularios mayas
como el Diccionario de Motul (Martínez, 1929) y los de Pío Pérez y Beltrán de
Santa Rosa.
ETNOMEDICINA MAPUCHE
Si
enferma la naturaleza, enferma el ser humano, y viceversa. Según Elicura
Chihuailaf (1999) la relación con la tierra puede alterarse y dar lugar a las
enfermedades (llamadas por los mapuche mapuche
kutran).
La
medicina mapuche forma parte del "ente cultural" de uno de los pueblos
originarios de América del Sur. Como etnomedicina, es un sistema fijado desde
antiguo con unas características propias y otras comunes en esencia a casi
todas las etnomedicinas amerindias. La salud tradicional, desde la Patagonia
hasta las montañas de la Sierra de Oaxaca, se basa en el equilibrio entendido
como balance de fuerzas provenientes: a) de la Naturaleza, b) del ser humano
(individual y social), c) de la cultura (mundo de creencias), d) de los seres
espirituales y f) del cosmos (con el Ser Superior).
LA MEDICINA TRADICIONAL MEXICANA (ESBOZO)
Como
el sistema tradicional mapuche, la medicina mexicana entiende al ser humano
dentro de una realidad amplia o "multirrealidad", así llamada por
Chica Casasola (1998). Dicha realidad se compone de un mundo natural y un mundo
sobrenatural. Antony Tao (2003) la llama realidad "cosmobiológica".
En Mesoamérica, todo es visto desde antiguo como una realidad dual. El
bienestar y la salud se encuentran precisamente en el equilibrio de esa
dualidad. Las enfermedades son entendidas como desequilibrios del ser humano en
relación con el medio natural, social y/o cultural. Mixes, zapotecos y
chatinos, pese a ser culturas diferenciadas, comparten la esencia de la vieja
cultura chamánica. Para ellos se puede enfermar por desobediencia y alejamiento
o incumplimiento de las normas tradicionales, se puede enfermar por acción de
hechiceros o personas que lanzan "piedras" (malos pensamientos,
maldiciones), se puede enfermar por acción de las fuerzas espirituales de la
naturaleza, se puede enfermar por alejamiento de la comunidad tradicional, se
puede enfermar por aculturación y deterioro del mundo de creencias, se puede
enfermar por causas naturales, etc.
Hay
enfermedades físicas y enfermedades de relación cultural, pero incluso las
primeras pueden ser explicadas por razones sobrenaturales. Todas las
manifestaciones de alteración de la salud se pueden incluir en terreno frío o en terreno caliente (esta interpretación se relaciona con
el sistema de clasificación oriental Yin-Yang), siendo frío-calor algo más que categorías de la
física. Los médicos tradicionales mixes, zapotecos o chatinos (chupadores,
sobadores, sanadores-curanderos, chamanes, parteras, hueseros, etc.) no
diagnostican el mal de forma aislada, separándolo de la unidad cuerpo-mente-espíritu
sino que lo entienden en relación a hechos simultáneos del ser.
CURANDEROS.
Sabemos
que la medicina tradicional tiene una larga historia, pero salvo en el ritual
de los Bacabes (Roys, 1965; Arzápalo, 1987), ninguna de las fuentes indígenas
ni las de mano española nos dice nada respecto a los rituales que formaban
parte de la curación.
Sin
embargo, sí nos hablan de especialistas quienes reunían en una sola persona los
variados roles de sacerdote, adivino y médico. Es en esta tradición que se basa
la profesión de los curanderos y h-menes quienes hoy en día siguen desempeñando
un papel muy importante y necesario dentro de las comunidades tradicionales,
curando por medio de plantas medicinales indígenas y ocupándose del bien físico
y espiritual de sus pacientes. Sin embargo, la creciente modernización está
ejerciendo un fuerte impacto sobre esta profesión y poco a poco se está
debilitando la práctica de la medicina tradicional.
Tanto
hombres como mujeres ejercen este oficio, aunque por regla general hay más
hombres que se dedican a ello. Generalmente ambos gozan de gran respeto en la
comunidad, aunque también se entremezcla un elemento de miedo, ya que se supone
que básicamente quien hace el bien, también tiene la capacidad de causar el
mal. Esto en cuanto a la actitud de la propia comunidad.
Hay
varios aspectos o especialidades de la profesión: el curandero o yerbatero
también puede adivinar, sobar y fungir como h-men en varios rituales, entre ellos
el chachaak, para llamar a la lluvia, el waji kol, en acción de gracias y para
asegurar la continuada protección de viviendas, tierras y parcialidades por los
espíritus de la tierra, entre otros. La curandera puede ser partera y sobadora,
pero muy raramente oficia como equivalente del h-men Los curanderos establecen
una diferencia nítida entre aquellos problemas que consideran de naturaleza puramente
física y aquellos que pertenecen a un área que, de acuerdo con nuestros
conceptos, pero no con los suyos, denominaríamos psicosomática, es decir, males
de origen incierto que causan extrema ansiedad.
Otro
aspecto importante en las relaciones entre curandero y paciente es que
básicamente no difiere la forma de vida de uno y otro. El oficio de curandero
sólo ocupa parte de su tiempo y de su vida. Fuera de ello, trabaja como los
demás: la mayoría de los hombres en su milpa, las mujeres ocupándose de sus
hijos y casa, o bien al margen de esto, como vendedoras, bordadoras, etc.
Sin
una nueva generación de curanderos que sustituyan a los viejos y mantengan viva
la tradición y el conocimiento de las plantas medicinales, todo parece indicar que
éste se seguirá debilitando. En lo que atañe a las enfermedades de orden
fisiológico, hay que concluir que a medida que pasa el tiempo, poco a poco el
tratamiento de éstas pasará a manos de médicos alópatas. Sin embargo, quedan
las enfermedades de origen mágico-religioso, y toda una serie de creencias asociadas
con ellas, y en este ámbito es indudable que el curandero continuará ejerciendo
un papel importante.
PARTERAS Y TOCADORAS.
Las
especialistas parteras, tocadoras y yerbateras son mujeres con una vida
cotidiana similar a otras mujeres, pueden ser madres y por lo tanto están pendientes
de la socialización de sus hijos, la administración y le cuidado de la casa.
El
conocimiento de las parteras, tocadoras y yerbateras es transmitido oralmente
de generación en generación. A las
interesadas en aprender.
Las
parteras tocan, acomodan, masajean y “pulsean”. Muchas parteras también son
utilizadas para curar las lesiones en los niños y para sobar principalmente el
descuajo; en este caso les llaman “tocadoras”.
Las
mujeres consideradas como tocadoras son especialistas en sanar lesiones en los
huesos y órganos internos.
YERBATERAS.
Las
yerbateras diagnostican las enfermedades según el pulso y escuchando a sus
pacientes hablar de los síntomas. Con base en estos, interpretan la enfermedad
que curan mediante el uso de remedios preparados con plantas y alguno que otro
elemento animal como colmillos o uñas.
Por
lo general las yerbateras tienen las plantas necesarias para preparar los
remedios en sus chagras. Muchas de las plantas que les regalan las piden a
medida que las van necesitando y las siembran.
HUESEROS.
Para
los nahuas, en los restos óseos quedaban parte de las fuerzas vitales del
individuo, por lo que el hueso del sacrificado se guardaba en casa del guerrero
que lo había capturado en combate.
Las articulaciones se
consideraban como puntos débiles por los que penetraban al organismo fuerzas
sobrenaturales, que se alojaban entre los huesos para causar trastornos, para
el tratamiento de las fracturas se usaban las sangrías para reducir la
hinchazón y medicinas para estimular la circulación sanguínea y evitar el estancamiento.
Los hueseros son personas
que se dedican a atender problemas a nivel óseo que afectan a la comunidad de
cierta región, los hueseros pueden ser de ambos géneros, hombres ò mujeres, y
son personas que tienen una vida común como el resto de la comunidad, los
hueseros atienden a las personas aquejadas por alguna luxación, fractura o
malestar en las articulaciones en sus casas, y su tratamiento es a través de “sobadas”
en la parte afectada, o bien, acomodando el hueso luxado en caso necesario. Estas
personas, se reconocen con un don especial que les es dado por Dios para poder
hacer su trabajo como hueseros, ya que todo su conocimiento es totalmente empírico.
CHAMANES.
El sistema etnomédico también
está bajo la autoridad del jaibaná (chamán). La palabra está compuesta por dos morfemas: jai que
significa espíritu susceptible de curar o causar enfermedad o daño, los jais
buenos se denominan jai bbia y los malos se denominan jai kazhirùa, el otro morfema
es bbaná que significa posesión, es
decir, jaibaná significa “el que tiene
los espíritus”.
El aprendizaje del
chamanismo se hace por medio de uno o varios maestros, su estudio implica un pago
monetario por parte del estudiante. Cuando el tratamiento del chaman es insuficiente
para curar, los chamanes aconsejan la consulta con los médicos occidentales.
Para el ritual de curación,
el chamán construye un altar sobre el piso, con un montículo de plantas bien
dispuestas, acomodadas en capa. Para iniciar el ritual el chamán se coloca una
corona de plumas y un collar de chaquira para iniciar con la fase de purificación.
El lugar puede ser asperjado con perfumes de albahaca, el chamán purifica el
espacio con un zumo de flores. Pasada la purificación viene la extracción del
jai, para continuar con el cierre del ritual que consiste en un incremento de
fuerzas a través de un alimento que es repartido por el chamán.
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