martes, 1 de octubre de 2013

TZOTZILES DE CHIAPAS
Ortíz Reyes Gina Masiel. 4hm1.
LA CONFORMACIÓN DEL ESPACIO TZELTAL-TZOTZIL EN LA ESCALA LOCAL Y REGIONAL
ASPECTOS GENERALES EN EL SEGUNDO TERCIO DEL SIGLO XX

Según González Martínez:

Los Altos es una de las cinco regiones del estado de Chiapas. Prolongación de los Cuchumatanes guatemaltecos, conforma el extremo occidental de los llamados Andes Centroamericanos, con alturas hasta de 2,753 metros (volcán Tzontehuitz), sobre el nivel del mar. Hacía los años 80 del siglo XX, la región contaba con 270,000 habitantes de evidente cultura y descendencia maya (198022), esto es, aproximadamente, el 60% de la población alteña. Su denominación aludía, aún en esos años, a las dos variantes lingüísticas dominantes, además del español: el tzeltal y el tzotzil.

Cada comunidad, en su mayoría con estatuto municipal, constituía una unidad cultural en sí misma. Comunidades tzotziles, como Chamula, Zinacantán y Chenalhó, o bien tzeltales, como Amatenango del Valle, Pinola y Cancuc, conservaban su identidad cultural notablemente diferenciada. Aún así, sus estructuras sociales, actividades económicas, concepción del mundo, y ciertos elementos de los patrones de asentamiento, a los que haremos referencia en este trabajo, eran muy semejantes.

MEDICINA TRADICIONAL.

Según Solana, E. E:

Entre los grupos étnicos de México los conceptos de salud-enfermedad participan dentro de un campo de mayor amplitud, referido, no sólo a procesos mórbidos, propiamente dichos, sino a toda manifestación de infortunio que tiene lugar dentro de las diversas áreas de la existencia humana, por lo que dicha clase de eventos puede expresar alguna relación con aspectos de la vida social y con diversos fenómenos naturales que, dentro del pensamiento indígena, dan forma a una visión particular del mundo y constituyen por lo tanto, un amplio código de interpretación concerniente a las causas que dan origen a los procesos mórbidos.

En las concepciones indígenas, existen causas (agentes causales de la enfermedad) , que transitan a través de cuatro niveles explicativos a saber: a) las
causas naturales, b) las causas sociales, c) las causas calendáricas y d) los agentes divinos.

CAUSAS NATURALES. Las causas naturales se refieren a todos aquellos factores enfermantes que afectan de manera directa el estado fisiológico de los individuos, por ejemplo, las condiciones climáticas, o bien, la calidad de los alimentos; aunque también se pueden incluir dentro de esta categoría los accidentes que producen lesiones músculo-esqueléticas.
CAUSAS SOCIALES. Están relacionadas con las transgresiones a las normas colectivas, que en este caso se traducen en la aparición de ciertos padecimientos. Su explicación se sustenta en el entendido de que una conducta personal ha afectado la vida social; por citar un ejemplo, se puede hablar del incumplimiento de
ciertas prestaciones estipuladas a través de un contrato matrimonial, una transgresión sexual, algún procedimiento técnico mal aplicado, o bien la negativa a
cumplir con determinados cargos religiosos.
CAUSAS CALENDÁRICAS. Las causas calendáricas establecen como marco explicativo de la morbilidad la influencia sobre la salud que producen determinados
periodos de tiempo y sus combinaciones en relación con sus diferentes escalas, lo mismo que la posición de los astros. Desde este punto de vista es posible que determinados días de la semana resulten especialmente peligrosos –para causar un daño específico a la salud de una persona en particular—, si se combinan con determinada estación del año y con una especial disposición de los astros.
AGENTES DIVINOS. La voluntad de los dioses, y de diversos seres sobrenaturales, también es susceptible de afectar la salud. Ello se produce en respuesta a las faltas cometidas por los hombres, que causan el enojo divino, entre ellas: el incumplimiento de ofrendas.

Pulseo
El presente método, como su nombre lo indica, se basa en la interpretación del pulso. La principal finalidad que se persigue es diagnosticar la enfermedad, descubrir su origen, determinar su gravedad o pronóstico y, por ende, establecer la terapia adecuada.
En esta técnica está implícita la capacidad del curandero para mantener comunicación con la sangre del individuo y diagnosticar con base en las señales reveladas por el pulso. Por ejemplo, en la comunidad tzeltal de Tzo’ontahal, Chiapas, se asume que la sangre del paciente dialoga con el terapeuta, quien es
capaz de “oír y sentir el mensaje”. Lo mismo afirman los tzotziles de Zinacatán quienes sostienen que “la sangre habla y da mensajes” al h’ilol o al pik k’ab’al, quien puede interpretarlos.
Entre los tzeltales la complejidad causal de enfermedades como el embrujo, requiere en ocasiones de la práctica del pulseo por parte de varios curanderos
para determinar la presencia de dicho mal, a través del consenso que se establece entre ellos.
Para dar inicio al tratamiento de un embrujo es necesario identificar al brujo causante del mal, así como los motivos que lo orillaron a proceder de tal forma. En
este caso, la víctima o sus familiares solicitan los servicios de algunos brujos y pulsadores.

Adivinación con granos de maíz
Además de sus objetivos diagnósticos, esta técnica es utilizada para conocer el estado del tiempo y averiguar el paradero de personas extraviadas. Es practicada por un gran número de grupos indígenas: nahuas, huastecos, mazatecos, tzotziles, tlapanecos y purépechas.
Existe una gran variedad de técnicas que se refieren a la utilización de granos de diferentes colores, o bien a la clase de objetos sobre los cuales se arrojan los granos; en ocasiones sobre un lienzo blanco, mientras que en otras sobre una palangana que contiene agua.

El sueño adivinatorio
En la cosmovisión indígena el sueño se puede definir, en términos generales, como la experiencia derivada del desprendimiento del alma mientras el individuo duerme, para vagar por diversas esferas de realidad.
En sus exploraciones, se traslada a través del tiempo, por lo general hacia el futuro.

COSMOVISIÓN.

Según González Martínez:


Entre los mayas de mediados del siglo XX, la concepción "vertical" del universo se ha representado de dos maneras: una escalar y otra lineal. En la primera, muy común entre los mayas de las tierras altas de Chiapas, el espacio etéreo se concibe como una "pirámide" sostenida en su interior por una ceiba. Aquélla consta de seis escalones en cada lado, más uno séptimo que une ambas "escaleras" en su punto más alto; los niveles subterráneos están constituidos también por sendas "escaleras", con cuatro niveles de cada lado, unidos por uno más en su parte inferior.


Así pues, tenemos 22 escalones, más dos de la transición entre el "mundo de arriba" y el "mundo de abajo" son 24, equivalentes a las horas que el sol hace en su "recorrido" diario.
En suma, tenemos dos concepciones muy interrelacionadas: una horizontal cuatripartita, y otra vertical que se compone de un "mundo de arriba" y otro "de abajo". A las cuatro partes de la concepción horizontal se superponen sus "cielos" correspondientes, de manera que dichas dimensiones aparecen transpuestas en sus atributos: para los cuatro lados "terrestres" existen cuatro lados "celestes". A esas cuatro parejas se agregan, en su conjunto, el "mundo de arriba" y el "de abajo", totalizando, así, las seis "regiones" del mundo.

 MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y ECONOMÍA.

Según López-Carmona:

En la región montañosa del norte de Chiapas, el desarrollo de la ganadería se expandió en la década de los 70 y 80, a comunidades y ejidos indígenas, influenciado por el auge ganadero en el sureste de México. La ganadería en estas comunidades se caracteriza como una actividad complementaria a la agricultura, con presencia de hatos no mayores de diez cabezas de ganado y en la que los campesinos tratan de hacer un aprovechamiento integral de los recursos. En esta región existe predominio de población indígena maya-tzotzil, quienes practican un sistema de producción mixto, denominado sistema ganadero de montaña (sistema bosque-ganado, pastoreo en agostaderos forestales y agricultura mixta de montaña). Este último es considerado como modelo dinámico de producción, en el cual se combinan el pastoreo en el bosque con el consumo de rastrojo en las áreas de cultivo; además, cumple una función múltiple con servicios ecológicos, económicos y culturales. En este tipo de ganadería social es común que exista fuerte presión sobre las áreas de pastoreo, agrícolas y forestales, lo cual puede causar mayor deterioro de la base de recursos naturales, ocasionando serios problemas ecológicos. 


BIBLIOGRAFÍA.
1.- González Martínez, J. (2004). La historia vivida: concepción del espacio en la cultura tzeltal-tzotzil.
2.- Solana, E. E. (1996). Tres procedimientos diagnósticos de la medicina tradicional indígena. Alteridades6(12), 19-26.
3.- López-Carmona, M., Jiménez-Ferrer, G., de Jong, B., Ochoa-Gaona, S., & Nahed-Toral, J. (2001). El sistema ganadero de montaña en la región norte-tzotzil de Chiapas, México. Vet. Méx, 32(2), 93.

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