TZOTZILES DE CHIAPAS
Ortíz Reyes Gina Masiel. 4hm1.
LA
CONFORMACIÓN DEL ESPACIO TZELTAL-TZOTZIL EN LA ESCALA LOCAL Y REGIONAL
ASPECTOS
GENERALES EN EL SEGUNDO TERCIO DEL SIGLO XX
Según González Martínez:
Los Altos es una de las
cinco regiones del estado de Chiapas. Prolongación de los Cuchumatanes
guatemaltecos, conforma el extremo occidental de los llamados Andes
Centroamericanos, con alturas hasta de 2,753 metros (volcán Tzontehuitz), sobre
el nivel del mar. Hacía los años 80 del
siglo XX, la región contaba con 270,000 habitantes de evidente cultura y
descendencia maya (198022), esto es,
aproximadamente, el 60% de la población alteña. Su denominación aludía, aún en
esos años, a las dos variantes lingüísticas dominantes, además del español: el
tzeltal y el tzotzil.
Cada comunidad, en su
mayoría con estatuto municipal, constituía una unidad cultural en sí misma.
Comunidades tzotziles, como Chamula, Zinacantán y Chenalhó, o bien tzeltales,
como Amatenango del Valle, Pinola y Cancuc, conservaban su identidad cultural
notablemente diferenciada. Aún así, sus estructuras sociales, actividades económicas,
concepción del mundo, y ciertos elementos de los patrones de asentamiento, a los
que haremos referencia en este trabajo, eran muy semejantes.
MEDICINA
TRADICIONAL.
Según Solana, E. E:
Entre los grupos étnicos
de México los conceptos de salud-enfermedad participan dentro de un campo de
mayor amplitud, referido, no sólo a procesos mórbidos, propiamente dichos, sino
a toda manifestación de infortunio que tiene lugar dentro de las diversas áreas
de la existencia humana, por lo que dicha clase de eventos puede expresar
alguna relación con aspectos de la vida social y con diversos fenómenos
naturales que, dentro del pensamiento indígena, dan forma a una visión
particular del mundo y constituyen por lo tanto, un amplio código de
interpretación concerniente a las causas que dan origen a los procesos
mórbidos.
En las concepciones
indígenas, existen causas (agentes causales de la enfermedad) , que transitan a
través de cuatro niveles explicativos a saber: a) las
causas naturales, b) las
causas sociales, c) las causas calendáricas y d) los agentes divinos.
CAUSAS NATURALES. Las causas naturales se
refieren a todos aquellos factores enfermantes que afectan de manera directa el
estado fisiológico de los individuos, por ejemplo, las condiciones climáticas,
o bien, la calidad de los alimentos; aunque también se pueden incluir dentro de
esta categoría los accidentes que producen lesiones músculo-esqueléticas.
CAUSAS SOCIALES. Están relacionadas con
las transgresiones a las normas colectivas, que en este caso se traducen en la
aparición de ciertos padecimientos. Su explicación se sustenta en el entendido
de que una conducta personal ha afectado la vida social; por citar un ejemplo,
se puede hablar del incumplimiento de
ciertas prestaciones
estipuladas a través de un contrato matrimonial, una transgresión sexual, algún
procedimiento técnico mal aplicado, o bien la negativa a
cumplir con determinados
cargos religiosos.
CAUSAS CALENDÁRICAS. Las causas calendáricas
establecen como marco explicativo de la morbilidad la influencia sobre la salud
que producen determinados
periodos de tiempo y sus
combinaciones en relación con sus diferentes escalas, lo mismo que la posición
de los astros. Desde este punto de vista es posible que determinados días de la
semana resulten especialmente peligrosos –para causar un daño específico a la salud
de una persona en particular—, si se combinan con determinada estación del año
y con una especial disposición de los astros.
AGENTES DIVINOS. La voluntad de los
dioses, y de diversos seres sobrenaturales, también es susceptible de afectar
la salud. Ello se produce en respuesta a las faltas cometidas por los hombres,
que causan el enojo divino, entre ellas: el incumplimiento de ofrendas.
Pulseo
El presente método, como
su nombre lo indica, se basa en la interpretación del pulso. La principal
finalidad que se persigue es diagnosticar la enfermedad, descubrir su origen, determinar
su gravedad o pronóstico y, por ende, establecer la terapia adecuada.
En esta técnica está
implícita la capacidad del curandero para mantener comunicación con la sangre del
individuo y diagnosticar con base en las señales reveladas por el pulso. Por
ejemplo, en la comunidad tzeltal de Tzo’ontahal, Chiapas, se asume que la sangre
del paciente dialoga con el terapeuta, quien es
capaz de “oír y sentir el
mensaje”. Lo mismo afirman los tzotziles de Zinacatán quienes sostienen que “la
sangre habla y da mensajes” al h’ilol o al pik k’ab’al, quien puede interpretarlos.
Entre los tzeltales la
complejidad causal de enfermedades como el embrujo, requiere en ocasiones de la
práctica del pulseo por parte de varios curanderos
para determinar la presencia
de dicho mal, a través del consenso que se establece entre ellos.
Para dar inicio al
tratamiento de un embrujo es necesario identificar al brujo causante del mal,
así como los motivos que lo orillaron a proceder de tal forma. En
este caso, la víctima o
sus familiares solicitan los servicios de algunos brujos y pulsadores.
Adivinación con granos de
maíz
Además de sus objetivos
diagnósticos, esta técnica es utilizada para conocer el estado del tiempo y
averiguar el paradero de personas extraviadas. Es practicada por un gran número
de grupos indígenas: nahuas, huastecos, mazatecos, tzotziles, tlapanecos y purépechas.
Existe una gran variedad
de técnicas que se refieren a la utilización de granos de diferentes colores, o
bien a la clase de objetos sobre los cuales se arrojan los granos; en ocasiones
sobre un lienzo blanco, mientras que en otras sobre una palangana que contiene
agua.
El sueño adivinatorio
En la cosmovisión indígena
el sueño se puede definir, en términos generales, como la experiencia derivada del
desprendimiento del alma mientras el individuo duerme, para vagar por diversas
esferas de realidad.
En sus exploraciones, se
traslada a través del tiempo, por lo general hacia el futuro.
COSMOVISIÓN.
Según González Martínez:
Entre los mayas de mediados del siglo XX, la concepción
"vertical" del universo se ha representado de dos maneras: una
escalar y otra lineal. En la primera, muy común entre los mayas de las tierras
altas de Chiapas, el espacio etéreo se concibe como una "pirámide" sostenida
en su interior por una ceiba. Aquélla consta de seis escalones en cada lado,
más uno séptimo que une ambas "escaleras" en su punto más alto; los
niveles subterráneos están constituidos también por sendas
"escaleras", con cuatro niveles de cada lado, unidos por uno más en
su parte inferior.
Así pues, tenemos 22 escalones, más dos de la transición entre
el "mundo de arriba" y el "mundo de abajo" son 24,
equivalentes a las horas que el sol hace en su "recorrido" diario.
En suma, tenemos dos concepciones muy interrelacionadas: una
horizontal cuatripartita, y otra vertical que se compone de un "mundo de
arriba" y otro "de abajo". A las cuatro partes de la concepción
horizontal se superponen sus "cielos" correspondientes, de manera que
dichas dimensiones aparecen transpuestas en sus atributos: para los cuatro
lados "terrestres" existen cuatro lados "celestes". A esas
cuatro parejas se agregan, en su conjunto, el "mundo de arriba" y el
"de abajo", totalizando, así, las seis "regiones" del
mundo.
Según López-Carmona:
En la región montañosa del norte de Chiapas, el desarrollo de la
ganadería se expandió en la década de los 70 y 80, a comunidades y ejidos
indígenas, influenciado por el auge ganadero en el sureste de México. La
ganadería en estas comunidades se caracteriza como una actividad complementaria
a la agricultura, con presencia de hatos no mayores de diez cabezas de ganado y
en la que los campesinos tratan de hacer un aprovechamiento integral de los recursos.
En esta región existe predominio de población indígena maya-tzotzil, quienes
practican un sistema de producción mixto, denominado sistema ganadero de
montaña (sistema bosque-ganado, pastoreo en agostaderos forestales y
agricultura mixta de montaña). Este último es considerado como modelo dinámico
de producción, en el cual se combinan el pastoreo en el bosque con el consumo
de rastrojo en las áreas de cultivo; además, cumple una función múltiple con
servicios ecológicos, económicos y culturales. En este tipo de ganadería social
es común que exista fuerte presión sobre las áreas de pastoreo, agrícolas y
forestales, lo cual puede causar mayor deterioro de la base de recursos
naturales, ocasionando serios problemas ecológicos.
BIBLIOGRAFÍA.
1.- González Martínez, J. (2004). La historia vivida: concepción
del espacio en la cultura tzeltal-tzotzil.
2.- Solana, E. E. (1996). Tres procedimientos diagnósticos de la
medicina tradicional indígena. Alteridades, 6(12),
19-26.
3.- López-Carmona, M., Jiménez-Ferrer, G., de Jong, B.,
Ochoa-Gaona, S., & Nahed-Toral, J. (2001). El sistema ganadero de montaña
en la región norte-tzotzil de Chiapas, México. Vet. Méx, 32(2), 93.
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